UN PRESIDENTE QUE HONRA AL PAÍS
Quiero referirme al verdadero suceso
que fue la visita del presidente Lacalle Pou al Reino Unido, invitado
especialmente por el primer ministro Boris Jonhson. En el orden formal, nuestro
presidente lució su prestancia habitual, es decir, aplomo y seguridad en sí
mismo y su natural sencillez ante los ritos del protocolo, sin perder de vista
el objetivo principal de su visita en el orden comercial. Fue un placer verlo
conversar fluidamente en inglés con el primer ministro, como así también ante
los distintos auditorios donde se presentó.
Es que así funcionan las relaciones
internacionales entre jefes de gobierno y de estado por requerimiento casi
imperativo de la importancia de asuntos que la globalización pone en carpeta
todos los días y que empieza, obviamente, por hablar en un mismo idioma. Y en
lo principal, el presidente apuntó sin ambages a la apertura comercial del
Uruguay al mundo, desechando esos remilgos más o menos nacionalistas que tanto
obstan al crecimiento de nuestra región.
Volvió con esperanzas, quizá
ilusiones también, de que su visita al Reino Unido producirá en corto plazo
buenos resultados para el desarrollo del país, que es, en suma, el bienestar de
su población. Y que demuestra cuánto puede conseguirse cuando un presidente decidido
y bien informado sale al exterior en estas circunstancias.
Por todo ello es que puede decirse
con orgullo que el presidente Lacalle Pou ha honrado a todos los ciudadanos,
incluidos aquellos que les escuece el alma oírlo hablar en inglés, algo desconocido
en los últimos tiempos por quienes pusieron en su blasón la mediocridad como
signo distintivo de su ideología populista.
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