sábado, 2 de mayo de 2020

EL FRENTE AMPLIO A LA DERIVA


                                           

       El martes 28 de abril comenzó en el Senado el estudio del proyecto de ley de urgente consideración enviado por el Poder Ejecutivo. Y el espectáculo que dio el Frente Amplio, debutando en su papel de oposición fue lo suficientemente deslucido como para juzgarlo penoso. Desubicado, sin haber asumido su posición de minoría, sus argumentos bascularon, como siempre, entre la descalificación del adversario y la insustancialidad jurídica, acostumbrado como estaba a que la aplanadora de la mayoría absoluta le dispensaba de mayores esfuerzos.

      Así fue que cada senador leyó su papelito, sin alma ni convicción, porque lo que importaba era caerle al proyecto de urgente consideración con toda clase de presagios ominosos sobre su constitucionalidad, justamente quienes se habían burlado de ella en innumerables ocasiones. Unos breves envíos de los senadores de la coalición gobernante a una lectura correcta de la Constitución, bastaron para dejarles sin armas en el orden jurídico, allí donde  el intento de eliminar el carácter de urgente consideración claudicaba irremediablemente.

      La soberbia de otrora, dejaba paso a la resignación y al desánimo. Y el Frente Amplio que antes todo lo podía, seguía sin asimilar su derrota ni encontrar su exacta ubicación de minoría en el escenario político del país. Una verdadera pena, que lo desmerece ante una opinión pública que hoy se agrupa entusiastamente detrás de un elenco de gobierno juvenil y dinámico, creador y transparente.