jueves, 8 de octubre de 2020

 

                            DESAFUERO Y CIRCO EN EL SENADO

   Todo resultó muy previsible en la sesión del Senado que trató el tema del desafuero del Gral. Manini Ríos. Y así quedaron bien delineadas desde un principio dos posiciones divergentes: una, la sostenida por la bancada del Partido Nacional, ajustada estrictamente al sentido natural y obvio que el tema  exigía, esto es, su tratamiento jurídico, más concretamente, constitucional.

      Por otro lado, la posición del Frente Amplio, definida de antemano apenas el tema de la suspensión de los fueros del senador Manini fue solicitada por el fiscal del caso: votar a favor del levantamiento, sin entrar en consideraciones jurídicas. Y allí comenzaba el “relato”, que se mantuvo, con las incoherencias del caso, durante toda la extensa sesión del Senado.

      ¿Y en qué consistía el relato? Pues, en asociar al senador Manini  con la violación de los derechos humanos. Nada que ver con el tema de fondo ni tampoco con la verdad, pero la ocasión se presentaba propicia para involucrarlo y figurar, como de costumbre, como los grandes defensores de los derechos humanos en este país. Como sucede con la pobreza.

     A la contundente argumentación jurídica de los senadores nacionalistas y a la narración auténtica y veraz del senador Manini, le puso broche de oro el senador Julio M. Sanguinetti, con un discurso de abrumadora enjundia constitucional, al estilo de los grandes parlamentarios de otrora, por supuesto, sin leer ningún papelito. Y asunto cerrado en el orden jurídico.

    En el lado opuesto, los senadores frentistas, totalmente fuera del tema, descargaron toda su artillería panfletaria, sin olvidar el insulto, para acentuar el “relato”: desafuero o impunidad fue la consigna, que cerró, con su habitual sentido destructivo, el senador Mujica, grandilocuente  y cursi, con invocación a la posteridad y todo lo demás. En fin, un espectáculo para la tristeza.

    Mientras tanto afuera, un centenar de familiares, ya convertidos en un apéndice del Frente Amplio y olvidados de su razón de ser, cumplían sin grandeza su rutina infecunda, sin arribar a ningún puerto.